Elaboración de fertilizantes orgánicos con residuos de conejos
Fertilización a muy bajos costos y cuidado del medio ambiente son los principales argumentos de los cunicultores que utilizan el estiércol y la orina del conejo para la producción de abonos. Y es que no es para menos, diversas investigaciones han demostrado que la cantidad de bacterias y microorganismos que poseen dichos residuos orgánicos no sólo transforman positivamente las mismas heces, sino el suelo en que son aplicados.
Indican los cunicultores que tanto la orina como las heces del conejo son una fuente importante de materia seca y orgánica, nitrógeno, fósforo y otros elementos nutritivos que logran transformaciones químicas en el suelo y los cultivos. Es más, hacen que muchos elementos no aprovechables por las plantas puedan ser asimilados por ellas. Mejoran la fertilidad y porosidad del suelo y permiten que este retenga una mayor cantidad de agua para la recolección y aprovechamiento de ambos residuos las conejeras deben disponer de una logística especial.
Para aplicar la urea orgánica de las plantas y hecha la mezcla de la orina con la melaza, se debe esperar como mínimo tres días para que el amoníaco se haya evaporado totalmente. Se recomienda que esta aplicación se haga mezclada con agua a través de fumigación o sistema de riego. La extracción del abono sólido también requiere de todo un proceso.
Por su concentración de nitratos,
amonio y sales, se recomienda que la aplicación del abono no sea en dosis
elevadas, puesto que puede elevar el pH del suelo y generar alcalinidad. Cuando
este tipo de abono se va a utilizar para la siembra de semillas, se debe
disponer en el suelo con por lo menos 45 días de anticipación para no generar
efectos adversos.